Clínica C-Rio

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Preguntas Frecuentes

Es reemplazar un diente faltante por otro similar al original, mediante un sistema que actúa como una raíz natural, para darle un soporte seguro y efectivo a un diente artificial.

Este procedimiento es simple y se realiza en dos etapas:

Etapa 1: Realiza una pequeña cirugía para colocar un tornillo de Titanio en el sitio que ocupaba anteriormente la raíz.

Etapa 2: Una vez que el implante se une al hueso, se realizan los procedimientos correspondientes para fabricar el diente en metal-porcelana y fijarlo definitivamente.

Estos tornillos están hechos de materiales biocompatibles que se unen a los tejidos sin producir ningún efecto secundario. Es necesario esperar antes de la segunda etapa un período de 4 a 6 meses para que se integre al hueso. Durante este período se deja una prótesis temporal nueva, o se acondiciona la ya existente. Con esto no sufrirá ninguna interrupción en las actividades sociales.

Una persona es candidata a implante si presenta una de las siguientes condiciones:

  • Utiliza dentadura postiza.
  • Tiene problemas con su puente fijo.
  • Tiene un puente removible.
  • Si le falta un sólo diente.

Con este método los dientes quedan anclados al maxilar funcionando igual que los dientes naturales, permitiendo:

  • Mejorar la apariencia facial y la confianza.
  • Recuperar la sonrisa natural.
  • Restaurar las habilidades normales para comer y hablar.
  • Evitar dañar los dientes sanos que están alrededor.
  • Evitar las molestias que ocasionan las dentaduras que se mueven.
  • Mejorar las condiciones de higiene, disminuyendo inflamación gingival y mal aliento.
  • Disminuir la caries en los dientes presentes.

El valor del tratamiento puede ser cancelado en efectivo, cheque y/o tarjeta de crédito.

Es posible escoger diferentes alternativas para el plan de pago del tratamiento , de manera que se ajuste cómodamente a las posibilidades y permita contar con la calidad, eficiencia y servicio de toda la tecnología del Centro de Rehabilitación e Implantología Oral.

La enfermedad periodontal es una infección bacteriana de las encías que destruye las fibras de inserción del diente y el hueso de soporte que mantiene los dientes en la boca.

La principal causa de esta enfermedad es la placa bacteriana, una película pegajosa, incolora que se forma constantemente en los dientes. Las toxinas producidas por la bacteria en la placa inflaman las encías, provocando la infección. El estado menos severo se conoce como gingivitis, conforme avanza la enfermedad se forman bolsas, estas se llenan de infección y destruye más tejido, hueso y los dientes eventualmente se aflojan y se pierden.

  • Sangrado al cepillarse o al usar el hilo dental.
  • Encías que van dejan al descubierto las raíces de los dientes.
  • Encías enrojecidas, agrandadas y fácilmente móviles.
  • Dientes móviles y que se empiezan a separar.
  • Pus entre la encía y el diente.
  • Mal aliento persistente.
  • Cambios en la posición de la mordida de los dientes.
  • Cambios en los ajustes de las prótesis removibles.
  • El incremento de espacio entre los dientes.


Sin embargo es posible tener la enfermedad periodontal sin notar ninguno de estos signos, por está razón es importante solicitar una evaluación periodontal.

Diabetes no controlada: Las enfermedades periodontales pueden ser más severas en diabéticos no controlados.

Enfermedades sistémicas: La enfermedades que interfieren con el sistema inmunológico del cuerpo pueden empeorar la condición de las encías.

Embarazo y pubertad: Algunos cambios hormonales pueden provocar que las encías se tornen rojas, blandas y sangren fácilmente.

Estrés: Puede ocasionar que al cuerpo se le dificulte combatir una infección, incluyendo las periodontales.

Medicamentos: Algunas drogas como los anticonceptivos orales, antidepresivos y ciertos medicamentos para el corazón.

Apretamiento ó rechinamiento de los dientes: Esos hábitos pueden ejercer mucha presión en el tejido de soporte de los dientes y acelerar la destrucción de los tejidos.

Fumar: Las personas que usan tabaco crean mayores posibilidades de adquirir enfermedades periodontales.

Mala alimentación: Una dieta baja en nutrientes provoca que el cuerpo tenga dificultades de combatir infecciones.

En las etapas iniciales de la enfermedad de las encías, el tratamiento consiste en remover la placa y cálculos de las bolsas alrededor de los dientes puliendo y alisando las raíces. Así se eliminan las bacterias y los irritantes que causan la inflamación. Normalmente el tratamiento permite que la encía se adhiera de nuevo al diente o se contraiga lo suficiente para eliminar la bolsa.

En la mayoría de los casos de la enfermedad periodontal inicial se requiere un raspado, alisado radicular y una buena higiene oral para obtener resultados satisfactorios.

Los dientes primarios del niño desempeñan un papel vital en su crecimiento y desarrollo y su cuidado es tan importante como el de los dientes del adulto.

Los dientes del bebé se utilizan para masticar el alimento correctamente, lo que provee el estímulo adecuado para el buen desarrollo de los huesos de la cara y permite además, que los dientes permanentes erupcionen correctamente evitando los “dientes chuecos”.

Los dientes también ayudan a hablar claramente, y en combinación con los músculos ayudan a establecer una respiración adecuada.

Y finalmente, reservan el espacio para los dientes permanentes.

Puesto que es imposible predecir qué niños desarrollarán caries bien sea por el uso de biberones o por la presencia de bacterias en la boca de los pequeños, una visita inicial a un Odontopediatría es recomendable.

Esta visita buscará, entre otros objetivos: Determinar el riesgo para la enfermedad dental y los efectos perjudiciales de algunos hábitos, y hacer las sugerencias para que el niño tenga una dieta equilibrada para construir huesos y dientes fuertes.

Es extremadamente importante que usted cepille los dientes de su niño a pesar de las protestas.

La clave para establecer hábitos de buen cepillado es comenzar un programa temprano. Para ello se sugiere comenzar a limpiar la boca de su bebé después de cada comida desde los primeros días de nacido, para ello utilice una gasa mojada enredada en su dedo índice con lo cual conseguirá quitar la placa dental de las encías del bebé.

En cuanto el bebé tenga sus primeros dientes podrá utilizar un cepillo especial para bebés y cuando esté un poco mas grande, a los dos o tres años, podrá utilizar un cepillo dental para niños más grandes.

En esta etapa usted debe cepillar los dientes del niño, pero es importante dejar que ellos lo hagan también y sobre todo elogie sus esfuerzos, para así crear hábitos de higiene en el niño, 8 años es una edad en que el niño ya puede cepillar sus dientes bien por si solo y 10 años para usar hilo dental.

Recuerde cambiar el cepillo de dientes cada 3 o 4 meses y sobre todo después de una enfermedad.

Endodoncia proviene del griego Endo que significa dentro y Odontos que significa diente. El tratamiento endodóntico trata el interior del diente. Si una caries infecta la cámara donde se encuentra el nervio, la única forma de salvar el diente sin extraerlo es con un tratamiento del conducto radicular.

Dentro de la dura cubierta exterior del diente hay una pulpa formada por vasos sanguíneos, vasos linfáticos y nervios que nutren al diente. Los conductos radiculares que contienen la pulpa se extienden hasta la parte terminal de la raíz llegando al hueso. Una caries profunda o una lesión en la superficie del diente pueden ocasionar graves daños e infecciones en los nervios y vasos de la pulpa. La endodoncia o tratamiento de conductos consiste en limpiar la cámara pulpar, así como los conductos infectados y colocar después un material de obturación para sellar esos espacios que fueron previamente limpiados y desinfectados.

El tratamiento es necesario cuando la pulpa dental se inflama o se infecta. Puede haber varias causas de inflamación: Caries profunda, procedimientos dentales repetitivos, una fractura en el diente debido a un golpe, etc. Si la inflamación o la infección de la pulpa no se tratan, puede causar dolor y/o formar un absceso.

Señales de una pulpa afectada son: dolor espontáneo, sensibilidad prolongada al frío o al calor, cambio de color del diente, inflamación y molestia en la encía alrededor del diente afectado. Sin embargo, en algunas ocasiones estos síntomas pueden no presentarse.

Generalmente NO, muchas endodoncias se realizan para aliviar el dolor del diente causado por la inflamación o infección de la pulpa. Con ayuda de técnicas modernas y el uso de anestesia, los primeros días después del tratamiento podrá notar cierta sensibilidad en el diente, manifestándose como molestia al morder o masticar. Esto puede ser aliviado con analgésicos leves que le serán prescritos.

Además, podrá percibir una sensación en el diente distinta a los demás y esto puede llegar a durar algunas semanas. Si esto continuara más allá o persistiera la molestia deberá regresar para una revisión.

Las sesiones dependen del estado en el que se encuentre en ese momento el diente y el tipo de diente que se trate (incisivo, premolar o molar).

Un diente con infección y con varias raíces requerirá de más sesiones que uno que no tenga infección y con menos raíces. Sin embargo, normalmente el tratamiento puede realizarse en 1 sesión.

Sí, se aconseja masticar o morder del lado contrario hasta que su odontólogo se lo haya restaurado.

El diente que no haya sido restaurado es susceptible a una fractura. Deberá entonces tener una buena higiene oral que incluye: Cepillarse, pasarse el hilo dental y hacerse chequeos y limpiezas de rutina.